miércoles, 13 de abril de 2016

La gran coalición

Este texto fue terminado en torno al once de marzo de 2016, en Quito, para entregar antes del 15 para la edición en papel del número 0 de Un Nuevo País, periódico que edita el Comité Insular de Izquierda Unida Canaria (IUC) en Santa Cruz de Tenerife. Tuve que reducirlo por problemas de espacio y quizás no se reflejan bien algunas cuestiones, como por qué pedir a los independentistas de todo el Estado español que hagan como los canarios, que directamente no se presentan a las lecciones. Si todo ese chaparrón de votos fuera a fuerzas rupturistas, otro gallo cantaría y no estaría nada clara la continuidad del actual estatus monárquico-corrupto-constitucional.


La gran coalición

Después del fracaso del Rey Felipe VI, que encargó a Pedro Sánchez formar Gobierno sin que tuviera los apoyos necesarios para salir airoso del debate de investidura, basta leer los editoriales y artículos de opinión de medios oligárquicos españoles para darnos cuenta, una vez más, de los intereses que defienden y qué Gobierno prefieren. Por tanto, nos esperan semanas de presión mediático-empresarial (las corporaciones del IBEX-35) para convencernos a todas y a todos de lo siguiente:
  1. El hecho de que no se llegue a un entendimiento para formar un Gobierno, presidido por Sánchez, Rajoy o cualquier otro dirigente del PSOE o el PP, implica enviar el mensaje de que los electores se han equivocado.
  1. Convocar nuevas elecciones el 26 de junio es un fracaso de eso que llaman ‘clase política’, algo que no se merecen millones de españoles y españolas.
  1. No obstante, la culpa es y será de los diputados de Podemos, fundamentalmente, así como de fuerzas políticas ancladas en territorios como Valencia, Cataluña y Euskadi.
  1. Para la estabilidad de eso que llaman España, es necesario formar un Gobierno de coalición en cualquiera de sus posibles fórmulas. La más deseada es un pacto a la alemana: PP-PSOE, con Ciudadanos de muleta. En ese caso, correspondería al PP presidir el Gobierno por ser la fuerza con mayor número de diputados. Otra posibilidad es que Sánchez mantenga la iniciativa y los poderes fácticos presionen al PP para que se abstenga en la siguiente votación.